El sofá es uno de los muebles más grandes con los que cuentas en tu hogar. Es todo un referente, especialmente en tu salón y supone gran paso en la decoración. Sofás grandes, de dos o más plazas, con chaiselongue, de diferentes tejidos o estampados… Pero, ¿cada cuánto tiempo es conveniente cambiarlo? Aquí te ofrecemos algunas claves para que las tengas en cuenta si estás pensando en hacer modificaciones en tu casa, y algunas señales que te alertan de que el cambio debe producirse cuanto antes.

Incomodidad al sentarte

Es el indicador más frecuente, y también el más importante para realizar una sustitución en el sofá. Si notas que te hundes en tu sofá o que los cojines cada vez son más blandos, es porque el relleno se deteriora debido al uso. Es normal pasar muchas horas en él, ya que si ocupa un espacio clave en el salón, invertimos tiempo sentados, viendo la televisión, leyendo o realizando cualquier otra actividad profesional.

Por eso, si no te sientes cómodo, te notas molestias o incluso te duele la espalda, no dudes en apostar por cambiarlo cuanto antes para evitar un problema aún mayor.

Desgaste en el color y en la tela

El color es otro síntoma que te indica que quizás es necesario un cambio. Normalmente, apostamos por colores neutros como es el caso de los tonos grises, rosas empolvados, beige e incluso blancos. Aun así, son tendencia los colores pasteles pero también algunos más llamativos como los azules, verdes, rojos o naranjas, entre otros.

Si notas que el color es opaco, debes saber que los tonos se desvanecen con el tiempo, aunque también depende en mayor o menor medida del tejido con el que cuente el sofá. Lo más habitual es que observes cómo el beige o blanco se convierte en un tono cada vez más grisáceo, o que algunos colores se oscurezcan (de verde a un verde más oscuro, y lo mismo pasaría con colores como el azul).

De igual forma, también puede pasar en el caso de la tela debido a que, con el desgaste, hay flecos que pueden desilacharse. Si tienes un sofá de cuero, es posible que aparezcan grietas difíciles de cubrir con el paso del tiempo.

Manchas visibles que no se pueden ocultar

Como hemos señalado anteriormente, el sofá es uno de los muebles de la casa que más se utilizan. Habitualmente comemos en él, y esto da lugar a que se puedan producir algunas manchas. Aunque es cierto que existen limpiadores de tapicería que merecen la pena y que pueden solucionar algunas manchas, otras se acumulan y es imposible evitarlas.

Por ello, para que tu salón luzca de la mejor forma posible, evita acumular manchas que pueden otorgar un aspecto poco deseado y que con el tiempo, tienden a ofrecer una imagen que no deseamos. En Onuba Outlet, por ejemplo, puedes encontrar tapizados con telas antimanchas que te solucionarán más de un problema.

Los cojines van perdiendo la forma

Esta es una señal muy común y que suele ocurrir con frecuencia. Normalmente, cuando tenemos un sofá en buen estado, los cojines no pierden la forma. Si tienes niños en casa, sabrás que muchas veces juegan, saltan sobre ellos y se sientan de diversas formas. Con tan sólo un toque, se expande el relleno y recuperan por completo el estado que tenían actualmente.

Una vez que el tiempo pasa, es inevitable que los cojines vayan perdiendo la forma y aunque lo intentemos, cada vez se encuentran más planos por lo que este también es un síntoma que nos indica que debemos cambiar nuestro sofá cuanto antes.

Es momento de redecorar la casa

A veces es momento de cambiar y de otorgar un nuevo aire a nuestra casa. Si estás pensando en volver a decorar, quizás el sofá que tienes ya no encaje en el nuevo estilo que quieres darle al salón.

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